Las claves de la situación del crédito en España para el 2015
06-02-2015
En este artículo explicamos cómo se encuentra la situación crediticia al empezar el año y cómo preveemos que será durante el 2015.
Fuente: Francesc Padilla, socio de Esvalor
Todos los indicadores macroeconómicos señalan una recuperación de la economía española la cual va acompañada de una mayor facilidad de acceso al crédito por parte de las empresas, cosa que efectivamente hace meses que venimos constatando con nuestros clientes, cada vez con mayor frecuencia.
Durante el 2014 ya se notaron cambios en el modo como las entidades financieras se dirigían a las empresas, empezando a ofrecer proactivamente productos de financiación. Se trata de un hecho que con toda seguridad se hará aún más evidente en 2015.
¿Qué ha cambiado en 2014 en relación al acceso al crédito de las empresas?
Primero hemos de entender cuál ha sido la situación en la que se encontraban las entidades financieras y las empresas durante los años de la crisis:
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Problemas internos de la propia banca, tanto de liquidez como de solvencia que impedían que ésta operara con normalidad.
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Indicadores negativos en relación a la evolución de la actividad económica del país que desincentivaban cualquier decisión de inversión de la banca en un mercado que se mostraba “enfermo”.
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Situación general en las empresas de fuerte endeudamiento, caída de los ingresos año tras año y un incremento continuado de los índices de morosidad de las empresas.
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La relación riesgo beneficio de la deuda pública resultaba mucho más atractiva que la que ofrecía la deuda de las empresas.
No obstante, la situación ha cambiado y hemos despedido 2014 y empezamos 2015 constatando que:
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La banca ha resuelto los problemas de solvencia y liquidez:
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Ha terminado la mayor parte del proceso de saneamiento de sus balances mediante restructuraciones, recapitalizaciones, fusiones, reducción de estructuras, plantillas, oficinas, venta de carteras de créditos morosos, etc.
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Tiene acceso a financiación barata procedente del Banco Central Europeo y sigue teniendo el apoyo del ICO.
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Los indicadores macroeconómicos mejoran e indican una recuperación económica que permiten generar confianza e incentivar decisiones de inversión en la economía productiva por parte de la banca.
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La empresa española ahora es más eficiente, más competitiva, más internacionalizada (nuevos mercados, nuevas fuentes de negocio y menor dependencia del mercado interior), recuperando niveles de ingresos, algo menos endeudada que antes de la crisis y la morosidad ha tocado techo y empieza ligeramente a bajar.
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La rentabilidad de la deuda pública ha bajado mientras que en el mercado hay muchas empresas solventes que pueden garantizar unas rentabilidades muy superiores para la banca.
La descripción hecha, muy optimista, efectivamente corresponde a la realidad, pero no toda la realidad. La realidad que nos encontramos es todavía muy dura para un número muy elevado de empresas, que presentan proyectos empresariales viables pero que no obstante el acceso al crédito se les resiste.
Seguimos encontrando las siguientes dificultades y realidades:
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Las nuevas regulaciones impuestas a la banca a nivel europeo, en gran medida para evitar que se repitan errores pasados, implica la implementación de unos protocolos de actuación y procedimentales y unas exigencias internas a cumplir por parte de la banca en términos de solvencia que se traduce a la práctica y de cara a la empresa en una mayor rigidez a la concesión de crédito y en un endurecimiento de los criterios de riesgo en determinado tipo de operaciones, según su naturaleza o plazo de financiación.
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Constatamos que se ha abierto el crédito, sí, pero en muchos casos limitado a empresas con unos niveles de solvencia por encima de la media, dejando a buena parte de las empresas aún fuera del nuevo círculo virtuoso que provoca la financiación: a más liquidez, mayor capacidad para invertir, mayor capacidad de generación de negocio, etc.
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Las start ups, emprendedores, autónomos y pequeños comercios tienen vetada la financiación formal. Su única vía es:
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O bien dar entrada a socios financieros en capital (business angels, venture capital) lo cual es un instrumento muy exclusivo y difícil de contratar, no existe un mercado formal, los criterios varían según cada sociedad inversora, pocas empresas tienen acceso a este tipo de capital que implica para la empresa una decisión que va más allá de una mera financiación y tiene implicaciones corporativas de tipo estratégico por lo que supone vender un % de la compañía y dar entrada en el Consejo de Administración a terceros.
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O bien la financiación pública, que existe y funciona pero es del todo insuficiente por su modo de operar, normalmente lento, farragoso, burocrático, con muchas limitaciones (no es una financiación generalista), muy focalizado a proyectos innovadores y de internacionalización, lo cual está muy bien en determinados casos, pero deja fuera a una mayoría de empresas que un cumplen los requisitos exigidos y no por esto dejan de ser viables y necesitadas de financiación.
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Las empresas de reducido tamaño y con pocos años de vida, sí que se les puede abrir la ventana de financiación pero muchas veces es insuficiente y con un elevado nivel de exigencia de garantías que el empresario no puede o no debería de aceptar asumir.
Desde ESVALOR, como sociedad gestora de financiación, nos dedicamos a dar respuesta a las necesidades financieras de las empresas, proveyéndolas de recursos a través de los proveedores financieros con los que colaboramos.
Trabajamos con diferentes proveedores financieros:
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Entidades financieras generalistas o especializadas que no suelen estar presentes en los pools bancarios de las empresas.
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Fondos de inversión.
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Financieras de renting.
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Financieras de factoring.
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Plataformas de inversores.
Trabajamos y ofrecemos fuentes de financiación alternativa a la banca, en la medida que consideramos que aporta valor a la empresa como forma de diversificación de sus fuentes de financiación que tradicionalmente han sido exclusivamente bancarias.
Aportamos nuevos proveedores financieros a la empresa que le permitan ampliar y diversificar sus fuentes de financiación. Reducir la dependencia bancaria es una estrategia que las empresas deberían de contemplar para mejorar la capacidad negociadora con los bancos así como para protegerse ante eventuales situaciones de menor liquidez.
Nos dirigimos a empresas viables, preferentemente con 2 años de vida en el mercado, en situación de generación de beneficios y con unas necesidades de financiación a partir de los 200.000 euros.
La financiación que gestionamos va dirigida a cubrir tanto las necesidades del circulante como de inversiones a largo plazo, y tratamos de poner en valor el proyecto y la empresa de modo que las garantías de la financiación descansen en la propia sociedad y el proyecto o activo financiado.
En 2014 gestionamos financiación por valor de 20 millones de euros a través de más de 50 operaciones de financiación y las perspectivas para el 2015 son de crecimiento, acompañando a las empresas en la financiación de sus proyectos y también en consonancia con la evolución que esperamos que sea este año positiva para el conjunto de la economía.